Se enteró de que la inquilina era webcamer
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Descripción
La sorpresa que se llevó el dueño del piso al enterarse de que la inquilina era webcamer fue tremenda. Nunca se imaginó que aquella morena cuatro ojos que parecía tan dulce e inocente era, en realidad, una zorra capaz de desnudarse por dinero. Con solo imaginarse la cantidad de tíos que la habían visto masturbándose se puso al cien. Ese mes, sin dudar un segundo, tomó la decisión de cobrarle el alquiler por primera vez en carne. La morena, obviamente, aceptó sin problemas. Después de todo, prefería chuparle la polla al chaval y que se la follara antes que correrse tocándose.