Paige Steele le entrega el coño al vecino para que no la denuncie

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Descripción

La curiosidad se convirtió en la peor enemiga de Paige Steele aquella tarde. De no haberse quedado espiando a su vecino mientras se estaba masturbando, nada le hubiera pasado. La guarra, al pillarlo, se quedó mirándolo a través de la ventana y comenzó a tocarse hasta que él la descubrió. El chaval le ordenó que se desnudara y se pusiera a comerle la polla si no quería que llamara a la policía y así fue como acabó follándosela. Aunque Paige se sentía obligada, en el fondo le gustaba. Lo que no le hizo gracia fue que, al final, le tomara una foto en bolas con las bragas en la boca para extorsionarla en caso de que quisiera denunciarlo.