Olga Barz aceptó ser follada después de una cruel sesión de BDSM

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Descripción

Olga Barz estaba en ropa interior, atada e inmovilizada. No tenía idea de quien era el hombre que la tenía capturada. Solo suponía, por su falta de ropas, que probablemente quisiera follársela. No pensaba rendirse tan fácil. No iba a dejar que se la follara sin resistirse, aunque cuando la ató de las manos al techo, no pudo defenderse demasiado. Solo atinaba a tirar algunas patadas, pero para ese entonces ya el tío le había quitado las bragas y estaba demasiado expuesta. En cuanto su captor comenzó a darle latigazos, decidió que era el momento de negociar. Entonces, aceptó ponerse de rodillas y chuparle la polla. Era la mejor manera de hacerle cambiar el humor para que se apiadara un poco de ella.