Mi hermana árabe ahora es mi esclava sexual

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Descripción

Entrar a mi casa y encontrar a mi hermana a cuatro patas en el suelo, obedeciendo las órdenes que un cabrón le dictaba a través del teléfono, fue una gran sorpresa. Jamás me la hubiese imaginado en el rol de putita sumisa y obediente, siendo conmigo una perra rebelde y maleducada todo el tiempo. Evidentemente, me había equivocado en la forma de tratarla. Ella necesitaba alguien que la humillara y la pusiera en su lugar. Entonces, la cogí del hijab, le aplasté la cara contra el suelo, le bajé el pantalón y la penetré por detrás. ¡Qué rico fue follarle el coño admirando su hermoso culo en primer plano!