La gorda musulmana se puso a mamar cuando me vio la polla

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Descripción

Lo último que esperaba encontrarse la gorda musulmana en la sala de espera del médico era una enorme polla dura. Menos aun que un tío estuviera cascándosela, así que fue de las mujeres a las que más me gustó sorprender. Esta vez fue diferente a las demás, ya que ni me puteó, ni se quejó, ni me dio una hostia. Por el contrario, al principio se sorprendió, pero enseguida se dio cuenta de que estaba ante la oportunidad única de comerse una polla como la que no se comía hacía años. Por supuesto que yo no iba a ser quien la privara de hacerme una mamada, y menos aun teniéndola ya dura como una piedra y estando a punto de correrme.